La Fiesta Mayor de Molins de Rei, una celebración anual que suele transcurrir con normalidad y alegría, se vio empañada este año por una serie de disturbios y actos vandálicos.
Durante la última noche de los festejos en esta localidad del Baix Llobregat, un grupo numeroso de jóvenes, muchos de ellos encapuchados, desencadenó una serie de incidentes que provocaron enfrentamientos con la policía local y los Mossos d’Esquadra.
Una madrugada turbulenta
Los disturbios se desataron poco antes de las 4 de la madrugada, en las cercanías de la zona de conciertos, un momento en que la ciudad solía disfrutar de la música y el ambiente festivo.
Sin embargo, en esta ocasión, un grupo de jóvenes comenzó a lanzar objetos contra las fuerzas de seguridad presentes, incluyendo a la policía local y los Mossos d’Esquadra.
La situación se volvió tensa rápidamente, lo que llevó a la activación de unidades especiales de la policía, como la Arro y la Brimo.
Daños a la propiedad y al mobiliario urbano
Los alborotadores mostraron una actitud violenta que resultó en daños significativos. Se informó de la quema de contenedores de residuos en llamas y daños a mobiliario urbano.
Además, varios comercios locales fueron blanco de estos incidentes, incluyendo un concesionario de vehículos y una tienda de telefonía.
A pesar de la espectacularidad de las imágenes que circularon, las autoridades confirmaron que no hubo heridos relacionados con estos incidentes.
Los Mossos d’Esquadra realizaron algunas identificaciones durante la noche y han abierto una investigación para aclarar los hechos. Hasta el momento de la redacción de este artículo, no se habían realizado detenciones.
El ayuntamiento repudia los actos vandálicos
A través de un comunicado oficial, el Ayuntamiento de Molins de Rei expresó su repudio a estos actos vandálicos y subrayó que no representan la esencia de la Fiesta Mayor.
El consistorio destacó que las actuaciones de las fuerzas de seguridad fueron una respuesta a los lanzamientos de objetos por parte de los alborotadores.
El alcalde, Xavi Paz, informó que, según las primeras investigaciones, los protagonistas de los disturbios eran jóvenes «de fuera del municipio». El ayuntamiento instó a tomar medidas preventivas para garantizar la seguridad de las personas y los bienes durante las festividades.
Estos inusuales disturbios empañaron lo que hasta ese momento había sido una celebración impecable de la Fiesta Mayor de Molins de Rei. La comunidad espera que estos incidentes sean un hecho aislado y que las futuras celebraciones recuperen la tranquilidad que las caracteriza.
Una tradición centenaria interrumpida
Uno de los eventos más emblemáticos de estas fiestas es la celebración de El Camell, una bestia de fuego que ha sido parte integral de la comunidad durante más de un siglo. El Camell se convierte en el centro de atención cada 29 de septiembre, en el día de Sant Miquel, el patrón de la localidad
La historia de El Camell se remonta al siglo XIX. En esa época, las clases poderosas de Molins de Rei organizaban lujosos bailes señoriales que molestaban a los ciudadanos comunes con un estatus muy diferente.
La respuesta de estos últimos fue decidir fastidiar la fiesta de los poderosos. Para ello, tomaron una cabeza de caballo de arar medio descompuesta que habían encontrado en el río y la transformaron en una especie de carro.
Con este peculiar artefacto, persiguieron a la burguesía de la época, denunciando así las diferencias entre las clases sociales.